"EL VERBO NUESTRO DE CADA DÍA"
Si no puedo ubicarlo en sus laguneros años mozos de los cincuenta y principio
de los sesenta, sí me es grato identificarlo ahora, por su producción
lírica, al poeta de Huixtla Chiapas, Humberto Burguete Pedrero.
El libro que llegó a mis manos allá por Diciembre de 1982, quedó
suspendido en el tráfago cotidiano con la pregunta de su título
¿Cuántos Cristos faltan?
Repaso sus versos y saboreo su sinceridad, su valor para poner la mística
de igualdad y fraternidad humana, que reafirma en este nuevo libro.
Si ya tienes en Torreón se había encontrado con sus inquietudes poéticas, en su adoptivo Coatzacoalco, donde halló trascendencia para la comunidad que lo ha albergado desde hace veinte años.
Cuántos Cristos faltan se pregunta y el poema no se hace esperar, como en estas intermitencias:
Nuevos Cristos nacen,
nuevos Cristos mueren,
¿Cuántos Cristos faltan
para vivir en paz?.
Los Cristos de ahora
no mueren en cruces,
mueren por la espalda
como tú, a traición.
Protesta contra el contaminante smog que ensombrece el horizonte de la salud y las estrellas, y exclama:
El beso colectivo de la muerte,
escapó de una planta de amoníaco,
lamió la garganta de los niños,
excitó los alveolos pulmonares.
Incursiona con atinado orgullo en la lira romántica y afianza su dignidad de esta manera:
Y en vez de amor
le llamaré distencia,
conjugaré en pretérito
verbos repetidos
y por decir te quiero,
diré te quise.
En su poema "Sólo los ilusos", nos satisface serlo, porque afirma:
Sólo los ilusos
pueden soñar
sin pesadillas
y levantarse
al día siguiente
con una sonrisa
en los labios.
Los poemas que integran la nueva obra de Humberto Burguete Pedrero, nos da
la personalidad de justiciera rebeldía y de altas miras que el poeta
empuña para agitar bajo el cielo del mundo
¿Qué
ven su figura, que oyen su voz
? ¡Qué importa! si todos
los ciudadanos del mundo fuésemos inconformes con la explotación
y con lo injusto y protestáramos, tuviésemos una dichosa comunidad
de respeto mutuo y de amor.
Y Humberto Burguete Pedrero se proyecta como un latente expositor de los más
nobles principios: fustiga la tecnología que parece absorber a la sociedad
moderna y proclama con la fe, la permanencia final de los valores eternos.
Al felicitarlo le auguramos éxito, repitiendo la certera advertencia de su poema:
Huarichi:
Cuídate de los enanos
que fingen alturas
poniéndose zancos.
Mídelos por lo profundo
de sus huellas,
por el polvo
que agitan en su camino.
Busca a los hombres
cuya altura
se mide con sextante
y sus huellas sean claras,
limínicas, confiables
Que su verbo
sea común en los humildes,
y su voz
haga eco en las estrellas.
Torreón, Coahuila, Mayo de 1983.-
Licenciado RAYMUNDO DE LA CRUZ LÓPEZ.